
El acné es una enfermedad inflamatoria de la piel que afecta al folículo piloso, la pequeña estructura que rodea cada cabello y que también contiene una glándula sebácea. Esta glándula produce sebo de forma natural, una especie de película aceitosa que emerge de los poros de la piel para protegerla de agresiones externas como bacterias o contaminación.
Pero cuando tienes acné, esta producción de sebo se vuelve excesiva . La piel se vuelve más grasa y los poros pueden obstruirse debido a una mezcla de sebo, células muertas y, a veces, bacterias.
El resultado: puntos negros, puntos blancos e incluso granos inflamados. Es esta acumulación e inflamación lo que define el acné.
Una afección cutánea común y compleja
El acné es un trastorno de salud que afecta la piel de 8 de cada 10 adolescentes ; en el 20% de los casos, se considera grave y afecta la vida diaria de quienes lo padecen. Además de los adolescentes, la producción excesiva de sebo por las glándulas sebáceas también afecta a adultos de entre 20 y 40 años , incluyendo al 25% de las mujeres. La causa es el acné adolescente que no ha alcanzado la fase de curación o diversos trastornos hormonales (menstruación, uso de píldoras anticonceptivas, etc.).
Esta condición dermatológica, generalmente diagnosticada por un médico o incluso un dermatólogo, provoca la formación de granos en la cara, pero también en otras partes del cuerpo, como en los brazos, el pecho, el torso y la espalda.
El acné se manifiesta a través de síntomas que varían de una persona a otra; entre los más extendidos en términos de salud encontramos:
- Piel grasa : llamada hiperseborrea, es el primer síntoma del acné antes de la aparición de granos. En ese caso, se observa piel brillante (sobre todo en la zona T), así como poros más dilatados que en la piel considerada "normal".
- Comedones : En la mayoría de las personas, son puntos negros que forman un tapón de melanina de 1 a 3 mm de diámetro en la superficie de la piel. Otros tipos de piel se ven afectados por microquistes o puntos blancos que forman un tapón blanquecino del mismo diámetro, resultado de un depósito de sebo y queratina en el folículo.
- Lesiones cutáneas : Algunos pacientes con acné también presentan lesiones inflamatorias, también conocidas como pápulas. Estas manchas rojizas pueden contener pus y causar dolor, además del aspecto antiestético de estas imperfecciones cutáneas. En algunos casos, las lesiones se endurecen y forman bultos grandes, dolorosos y profundos, a veces llenos de líquido: nódulos o quistes.
¿Qué pasa cuando tienes acné?
El acné es una enfermedad de la piel que progresa en diferentes etapas, desde acné leve hasta acné severo.
El acné leve se caracteriza por la aparición de algunos comedones y piel grasa en el rostro, desde la frente hasta el mentón.
En su forma más grave , encontramos una invasión de granos por todo el rostro, incluso en la espalda y los hombros. Las imperfecciones se convierten en nódulos, pústulas y quistes que persisten con el tiempo y, a veces, dejan cicatrices, incluso después de algunos años.
El acné se desarrolla en brotes en adolescentes y adultos. Afecta tanto la salud física como la mental, afectando la calidad de vida de quien lo padece y su autoestima.
En algunos casos, este tipo de afección deja cicatrices en el rostro, que se denominan temporales cuando son de color rojo, o permanentes cuando el acné ha afectado las capas más profundas de la piel o el paciente ha manipulado las manchas durante los brotes. Generalmente, el acné desaparece por sí solo, pero puede persistir, especialmente en el caso del acné inducido, es decir, causado por tratamientos químicos perjudiciales para la salud.
¿Qué causa el acné?
Hay varios factores que pueden aumentar la aparición del acné; entre los más comunes están:
- Sobreproducción de sebo : La acumulación de sebo en el folículo se mezcla con las células de la piel y provoca la formación de tapones que obstruyen el funcionamiento normal del tejido cutáneo.
- Desequilibrio hormonal : Dado que las glándulas sebáceas son sensibles a los cambios hormonales, es común ver aparecer acné en personas sujetas a cambios en los niveles hormonales, como durante el embarazo, la menstruación o la pubertad.
- Una dieta desequilibrada : comida chatarra, alimentos procesados y chocolate consumidos en altas dosis favorecen la hiperactividad de las glándulas y por tanto la aparición o empeoramiento del acné.
- Antecedentes hereditarios : ciertos antecedentes familiares son una fuente de aparición del acné, en particular en los casos de acné severo.
- Uso de cosméticos inadecuados : Los productos comerciales, aceites, maquillajes, after-sun, cremas de día y otros productos cosméticos pueden contener ingredientes comedogénicos que estimulan el sebo, obstruyen los poros y causan problemas de salud como el acné.
- La toma de medicamentos : cortisona, antiepilépticos, litio, ciertos antidepresivos y antibióticos, son la causa de las manchas; esta condición se llama: acné inducido.

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