Durante miles de años, el jabón ha sido esencial para nuestra higiene. Desde el antiguo jabón en barra hasta los geles de ducha y baños de burbujas más modernos, está disponible en una amplia variedad de productos. Descubre su historia en este artículo.
Un origen muy antiguo
Según los historiadores, la evidencia más temprana del proceso de saponificación se remonta al tercer milenio a. C. en los reinos de Babilonia y Sumeria, en el actual Irak. El antecesor de nuestro jabón era un producto pastoso elaborado con grasas animales y ceniza. También se han descubierto formas antiguas de jabón en el antiguo Egipto, utilizando ceniza, arcilla y bicarbonato de sodio.
Sin embargo, no fue hasta la época galorromana que apareció la palabra «sapo», que más tarde se convertiría en «jabón». De hecho, según Plinio el Viejo, el jabón era una invención gala, hecha de grasas animales y vegetales y cenizas. Olvídense de la imagen de la Galia bárbara: los pueblos celtas usaban jabón para limpiarse el cuerpo.
El punto de inflexión de la Edad Media
Contrariamente a la creencia popular, la higiene y el cuidado corporal eran importantes en la Edad Media. A partir del siglo XI , el comercio del jabón se diversificó y la ciudad foceana se distinguió por sustituir la grasa animal por aceite de oliva para la saponificación del jabón .
La receta del jabón de Alepo llegó a Europa en el siglo XII, durante las Cruzadas. Con más de 3500 años de antigüedad, se considera el jabón más antiguo del mundo. Gracias a sus aceites vegetales, como el de oliva, su saponificación es similar a la del jabón de Marsella, tanto que el jabón de Alepo se considera su primo lejano.
El auge del jabón
A finales de la Edad Media, las epidemias sustituyeron el jabón por el perfume. Sin embargo, los jabones siguieron evolucionando. En el siglo XVIII, el comercio del jabón era tan próspero que proliferaron las jabonerías. La producción de jabón de Marsella se industrializó y se exportó a otros reinos europeos. El precio del jabón bajó en el siglo XIX, haciéndolo más accesible.
Durante la segunda mitad del siglo XX, los productos sintéticos reemplazaron gradualmente al jabón tradicional. Sin embargo, en los últimos años ha resurgido el interés por el jabón tradicional. Mejor para la piel y el planeta, ¡ofrece muchísimas ventajas!
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Una producción digna del saber hacer ancestral
Nuestros jabones se elaboran en nuestro taller cerca de Marsella mediante un proceso de saponificación en frío. La reacción química entre el aceite de oliva y la sosa cáustica produce jabón y glicerina, igual que los jabones de antaño. Otra ventaja: nuestro jabón naturalmente sobregrasado hidrata todo tipo de piel, incluso la de embarazadas y niños.
Un jabón hecho a mano libre de ingredientes innecesarios.
Nuestros jabones están elaborados con aceites vegetales como el de oliva y el de laurel, por ejemplo. También utilizamos arcilla por sus múltiples propiedades, lo que permite que cada jabón se adapte a cada necesidad específica. Por lo tanto, nuestros jabones suaves se adaptan perfectamente a tu tipo de piel, ya sea con imperfecciones, seca, madura o normal.
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